martes, 19 de mayo de 2015

Ni cobro por lo que hago, ni cobro por lo que se.


La semana pasada me llegó de rebote una oferta de trabajo. Una empresa de la región estaba buscando un asistente para la gerencia, quería a un licenciado en administración o a un ingeniero en informática de una de las mejores universidades de la zona, la lista de sus responsabilidades iba desde actualizar archivos hasta llevarle la agenda al gerente, el sueldo: ¡3 mil pesotes a la quincena!
Me pareció muy triste pensar en un recién egresado -ingeniero o licenciado después de cinco años de esfuerzos e intensos estudios- aceptando un puesto muy por debajo de sus capacidades (o de las capacidades que debería tener) y por un sueldo tan poco atractivo.

Por otro lado en redes sociales ha estado circulando una campaña que invita a reflexionar sobre el valor que le damos a nuestro trabajo, dirigida sobre todo a los profesionistas independientes, con el lema “yo no cobro por lo que hago, cobro por lo que se”. Creo que la intención es buena; si yo no valoro adecuadamente mi trabajo, difícilmente los demás lo harán; si yo no creo en mi propio potencial, será difícil que los demás lo vean. Peeeeero… si queremos darle el valor justo a nuestro trabajo habríamos de preguntarnos ¿se debe cobrar por lo que se hace o por lo que se sabe?

¡Ni por lo uno, ni por lo otro! Yo puedo trabajar mucho haciendo cosas intrascendentes o tener muchos conocimientos que no utilizo. Un mucho mejor criterio es “yo cobro por lo que aporto”, por lo útil que le soy a mi organización, a mis compañeros, a mi cliente o a mi sociedad. Cobro por los problemas que resuelvo y anticipo, por el valor que le añado al producto o a la vida de los demás. No es necesario que trabajes más (de hecho muchos quisiéramos trabajar menos), tampoco que te vuelvas soberbio por tus grandes conocimientos, lo que si es necesario es que sirvas aún más, que seas más útil.

Así que hoy te invito a darle una pensadita ¿cuánto estás aportando?... Y todavía más importante ¿de qué maneras podrías ser más útil y añadir más valor? Es más, te invito a ponerte creativo y preguntarte ¿cómo podría aportar más trabajando menos? (sobre todo si –como yo- piensas que hay vida más allá del trabajo).

Tus respuestas a estas preguntas pueden ser una de las claves para tu desarrollo económico y profesional… y también para una vida significativa. ¡Te los deseo de corazón!

Sergio Hernández Ledward


y en twitter: @checoequis 

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