lunes, 16 de marzo de 2015

¡Que buen programa tenía Carmen!

¡Que buen programa tenía Carmen Aristegui!

Ayer que MVS decidió dar por terminada su relación con su mejor periodista, la sociedad mexicana perdió un espacio crítico al poder, un micrófono desde el que podíamos escuchar a aquellos que se atreven a disentir, perdimos (por un ratito) una voz valiente y serena que no se dobla ante presiones políticas ni empresariales.

Voy a extrañar los niñonautas, la radio-columna de Enrique Galván Ochoa, la mesa de análisis de Denisse Dresser, Lorenzo Meyer y Sergio Aguayo, las plumas de la serpiente con Mardonio Carballo y la inquebrantable suavidad de las entrevistas de Carmen. Es una pena pero yo también doy por terminada mi relación con MVS, ya no los escucharé en el carro ni en internet.

Hoy como nunca México necesita voces y espacios críticos e independientes. Ya lo decía Auguste Rodin "donde todos piensan igual, nadie piensa mucho". Pareciera que esa es una de las principales maldiciones de nuestro país y uno de los principales deseos de los poderes económicos, políticos y mediáticos: que nadie piense mucho.
Carmen Aristegui brindaba un espacio no sólo para informarnos, sino también para indignarnos y para reflexionar. A mi en lo personal me brindaba (¡me brinda!) el esperanzador ejemplo de que aún hay mexican@s de una pieza, que defienden públicamente lo que piensan, que no todo es tranza y miedo, que es posible no resignarse, ni doblarse. 
Muchas gracias Carmen. Gracias por informarme sobre Ayotzinapa, la red de prostitución en el PRI DF, las casas de Angélica Rivera y Luis Videgaray, por darle voz a las autodefensas michoacanas, por buscar el debate, por preguntar sobre los hábitos en la bebida del presidente anterior, por brindarle el micrófono a la más amplia variedad de posturas sobre cada tema. Gracias por tu valentía y tu ejemplo. También gracias a tu equipo. Me pusieron a pensar.

Yo por lo pronto esperaré a que Carmen tenga un nuevo espacio para seguirla, estoy seguro que sus mejores tiempos están por venir.

Sergio Hernández Ledward

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